DOS POEMAS COMPARTIDOS
La luz apagada
La luz apagada,
el círculo que no quiere cerrarse,
¡Cuántas cosas pueden verse cuando el alma
es un bosque de pájaros serenos!...
¡Cuán miserable el lenguaje que nos ata a la ilusión de estar
vivos!
Una llama ilumina la noche,
su cuerpo es una rosa quemada sobre el colchón,
el sueño, una oración muda, estupefacta,
allá afuera, una ocasión de ceremonial vómito,
las calles donde la gente muere
cargando en sus hombros un ideal pervertido de felicidad,
las calles donde sangran mis hermanos explotados,
las calles que me esperan como una funeraria ansiosa de
muerte,
los faroles encendidos que nunca se detienen,
la neurosis de los que no se atreven a soñar y
están más dormidos que una vaca desparramada en el pasto.
Allá afuera, tus ojos, una muerte prolongada,
aquí adentro la luz apagada,
el temblor de la rosa,
el amor que arde en el vacío.
Asombro
El mundo pasa por el manicomio de mi sonrisa
como un extraño que hablara otra lengua,
pozos de angustia crecen en mis venas,
aguas negras pintan la sangre,
mi corazón tiene la memoria del ahogado.
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