POEMAS COMPARTIDOS
ARRAIGADO EN MI CORAZÓN
¡Ah! tus ojos, podría escribir
un libro entero sobre tus ojos
¡Y cada palabra en él sería
diferente!
Comenzaría por escribir una
lista de todo aquello que me inspiran
continuaría con el sentimiento
que me causan,
y terminaría con las palabras más bellas y finas.
¿Que habré hecho yo en la vida
para merecer mirarlos,
y perderme en ellos, en
instantes perpetuos y anhelados?
¡Que venga! Si que venga a mi
mente tan sublime secreto que cautiva,
¡Qué embelesa, que confunde,
que estimula, que me anima!
Muero y revivo en el momento que
nuestra mirada se cruza,
mi corazón se detiene, mi respiración se agita confusa.
Un escalofrío recorre mi espalda,
surge adrenalina que me incita,
descubro en tus ojos todo
aquello que callas
Y que maravillosamente genera
en mí una alegría.
Es que mi alma se ha prendado,
como una resplandeciente quimera,
que mis noches y días alumbra manteniendo ocupadas mis ideas
pues todo esto sucede por una
sola razón absoluta,
mi corazón arraigado se
encuentra; por tu bello ser que me hechiza,
¡Me estremece, me sumerge y me
envenena!
DULCE MELANCOLÍA
Vienes de
vez en mes y fuertemente me abrazas
haces que
los vivos colores del día pierdan añoranza,
un gran
clamor en mi alma se detiene
y las
horas se vuelven grises y estériles.
Musitas en
mi oído la tristeza
la
oscuridad se desvanece en la nada,
todo reina
en tu grandeza
con tu
extraño centellar me dejas impactada.
Todo se
pone más tranquilo
y los recuerdos
hacen un vuelco sepulcral,
me
esclavizas y fundes mis sentidos
generas un
dolor fuerte e irreal.
Húmedos mis
ojos se tornan
lúgubres
mis ideas se dan,
todo se
siente tan vacío
y muchos
días me haces suspirar.
Pero aun
así te necesito
pues sin ti
no valoraría nada,
cuando los
días alegres me persiguen presiden
gracias a
ti los aprecio más que al alba.
FOFOLLITO
Tierna ave
de precioso plumaje,
suave y
cálida como las centellas,
tu frágil
cuerpo de azucenas.
¡Tus vivos
colores me deleitan!
Tus ojos de
color negro azabache,
hacen que me
derrita al instante.
Brincas
juguetón de un lado a otro,
eres tierno
amigable y amoroso.
Envidia a
veces me provocas,
cuando tus
esplendorosas alas extiendes,
te miro y
siento una derrota.
En ese
instante superior te vuelves.
Culpable me
siento ahora,
de tenerte
en esa triste jaula.
¿Cómo me
atrevo a encerrarte,
si naciste
con libertad en el alma?
Si podrías
surcar los cielos,
por el mundo
poder viajar;
no necesitas
más que un árbol,
y a diario
un pedazo de pan.
Simple y
sencilla es tu vida.
¿Cómo no he
de admirarte?
Lástima que
te quiero tanto,
y
cobardemente no podre soltarte
Aun así te
cuido mucho,
y otras aves
he puesto a tu lado.
Diario
tienes tu alpiste
y agua
fresca del lavabo.
Eres más que
una mascota,
Fofollito de
nombre te he asignado;
quiero que
vivas mucho tiempo.
¡Que
egoístamente cantes para mí a diario.
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