POETISAS DEL TIEMPO

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viernes, 9 de mayo de 2014

GUADALUPE ESPINOZA LAGUNAS




POEMAS COMPARTIDOS




Mañana que ya no esté...
 (Soneto Num. 9)

Si mañana después que me haya ido,
mi recuerdo llegara a ti un segundo,
cuando me haya marchado de este mundo;
no me arrojes al polvo del olvido.
 
En mis letras te dejo mi legado
una historia de amor con sangre escrita,
un caudal de dolor, fuente bendita
de este llanto en mis versos derramado.
 
En mis versos leerás si lo quisieras;
mis anhelos amores y… alegrías,
mis temores, mis sueños, mis quimeras.
 
Mis metáforas plasmando fantasías,
si mañana que no esté… tú los leyeras…
Esta herencia de amor bendecirías.
 



QUISIERA


Quisiera poder borrarte
de mi alma y mi pensamiento
ya no escucharte en el viento
ni entre la bruma buscarte.

Ya no pronunciar tu nombre
ni recordar tu existencia
Quisiera no amarte tanto,
ni sufrir ya por tu ausencia.

Quisiera poder decirte
que ya se secó mi llanto,
pero el manantial emana
lágrimas de desencanto.

 Y si pudiera arrancarme
tus besos sabor a hiel...
me arrancaría en pedazos
tus caricias de la piel.

Arrancaría de mi pecho
mi corazón moribundo,
para no seguir sufriendo
por ti ni un solo segundo.
 
Quisiera poder decirte
que ya te arrojé al olvido
y aunque mucho te he querido,
hiciste muy bien en irte.

 ¡Que no me duele tu ausencia!

Si yo pudiera decirte…





UNA MUJER

Hay una mujer en la vida 
que da todo por amor, 
que llora igual de alegría; 
o ríe frente al dolor. 

Una que con su fragancia 
nada le pide a las flores, 
una que con su recuerdo, 
hace olvidar mis temores... 

Me hace sentir segura, 
confiada y dueña del mundo; 
por ella daria mi vida, 
sin dudarlo ni un segundo... 

Una mujer entre todas 
que irradia felicidad, 
una que al verme en sus ojos, 
me inspira tranquilidad. 

Una que en mi tierna infancia 
forjó todo lo que soy, 
y ahora que también soy madre, 
comprendo cuanto sufrió... 

Una mujer tan entera 
que el tiempo ya doblegó; 
ha sido siempre mi ejemplo, 
y aún me refugio en su amor. 

Una mujer dulce y bella, 
cuya voz, me hace vibrar,
una que al tomar su mano 
mis penas hace olvidar... 

Una que con sus palabras 
me envuelve y me da poder, 
una que es todo ternura... 

¡MI MADRE... es esa mujer! 


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